Bárbaro Agapito Basurto, de 62 años de edad oriundo de Rocafuerte, es vendedor de dulces en el terminal terrestre de Manta, actualmente está ubicado a las afueras de la cooperativa de transportes ejecutivos C.T.M. dice que lleva 39 años vendiendo estos tradicionales dulces de su tierra en esta ciudad, todos los días sale desde Rocafuerte a Manta a las 5 de la mañana, cuenta que ya está acostumbrado a madrugar para venir a trabajar.
Está casado y junto a su esposa procreo 4 hijos, los cuales ha criado y educado con este negocio, de esto mismo pudo comprarse su casa, no sabe hacer los dulces, nunca aprendió hacerlos y era la hija mayor quien de sus vecinos mirando logro cultivar esta labor y posteriormente los vendían para obtener ganancias. Es así como llega a Manta en busca de oportunidades, logrando conseguir un puesto adentro del terminal, dice que fue la mejor elección ya que aquí encontró estabilidad laboral, no tiene quejas de esta urbe, al contrario se siente muy agradecido por acogerlo y encontrar un segundo hogar donde ha logrado hacer amigos invaluables.
SU PREOCUPACIÓN:
Las ventas ya no son como años anteriores, han disminuido considerablemente, que ya no alcanza para nada, y peor aún con una nueva traba que hay, porque como es de conocimiento público el terminal dejara de funcionar en unos meses y todos los comerciantes serán ubicados en la nueva obra que está por terminar y que ellos tendrán que pagar para obtener un puesto alrededor de 3000 dólares, dando un 50% de entrada y el restante pagarlo en cuotas sumado al mensual, es decir ellos pagaran los 3000 dólares por el sitio que incluye un quiosco y un mensual de 60 dólares por seguir en el lugar, cosa que lo tiene preocupado debido a que el negocio no es muy rentable y las ganancias son mínimas, la mayoría de comerciantes están unidos en asociaciones, y siente una contradicción debido a que a él tiene que pagar para pertenecer a una de ellas, pero sin embargo hay muchos comerciantes informales que deambulan sin control de las autoridades, siente que todos tienen derecho a trabajar porque todos necesitan ganarse el pan de cada día, pero así mismo cree que no es justo que unos paguen y otros lo hagan de gratis.
HASTA QUE MUERA
Pero aun así con todas estas dificultades no pierde las ganas de seguir luchando, “seguiré hasta las últimas consecuencias porque es lo único que puedo hacer ya que a mi edad es muy difícil conseguir trabajo en cualquier otro lugar y continuaré hasta que la vida me lo permita”, expresa Bárbaro Agapito.
ENTREVISTA REALIZDA ANTES DE QUE EL ANTIGUO TERMINAL CESÁRA SUS FUNCIONES.
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